viernes, 29 de agosto de 2008
¿Así se detiene el narcotráfico?
La acción de la Policía Nacional de destituir y someter a la justicia a los miembros que cobran peaje para permitir el desarrollo impune del narcotráfico me parece muy bien. Sin embargo los pejes gordos no reciben castigo, y se supone que el policía que cobra el peaje puede identificar quienes están inmersos en tan lucrativo negocio. ¿Se pretende resolver este problema con medias tintas? ¿Acaso por unos cuantos oficiales que destituyan se va a acabar con el narcotráfico? ¿Por que no se busca en las raíces? ¿A que le temen? Se debe arrancar el problema de raíz, con solo algunas ramas no bastara.
Poema sobre la crisis actual
Este poema lo escribio Cristian Román Dickson Morales, estudiante. Fue publicado en el semanario Clave, lo reproduzco aqui porque realmente no tiene desperdicios.
A La Gloriosa República
¡Oh gloriosa república!, oh divina tierra donde el sol y la luna bendicen a sus pobladores, lugar de grandezas incomparables, ¡despierta hoy de tu letargo! Siempre has sufrido, en todo momento has visto dolor desde el primo instante en que fuiste fundada; tus antiguos pobladores, los tiempos de la colonia, los pésimos gobiernos, la crisis que hoy trata nuevamente de derrumbar tus cimientos, esos que fueron creados con el sacrificio de sangre humana, con la entrega de tus amantes a morir llamados locos en sus tiempos. Hoy entrego a ti estos versos amada mía para que no te rindas, los lanzo al viento en espera de que tus sagrados oídos presten atención, ¡extiende tus alas y levántate de las sombras perversas que te corrompen!, permite que la luz entre en tu corazón y te ayude a encontrar paz cuando la ira ataque, felicidad cuando las penurias te azoten, fe cuando todo lo demás esté perdido. Grandísima república, recuerda que los lamentos y quejas no te ayudarán, no te harán más fuerte sino que más susceptible ante las negativas energías que hoy tratan de volcar el mundo, mejor sé comprensiva y solidaria, recupera tus tradiciones, todo aquello que te sirvió en tiempos de antaño a mantenerte de pie. Inmortal república, no vivas en irrealidades vanas que solo profanarán tu esencia, ¡abre los ojos! Sé capaz de ver la realidad global, los pueblo mueren de hambre, perecen por la guerra y discordia que dominan el planeta, en cambio tú mi señora, educa a tus clases sociales para el bien común; a los ricos, enséñalos a ser altruistas, a los medios, adiéstralos en cómo no desperdiciar, y a los pobres, a esos de grandes desdichas, edúcalos para que no se aprovechen de la buena voluntad de los demás. Oh gloriosa república, elévate del mal por siempre.
A La Gloriosa República
¡Oh gloriosa república!, oh divina tierra donde el sol y la luna bendicen a sus pobladores, lugar de grandezas incomparables, ¡despierta hoy de tu letargo! Siempre has sufrido, en todo momento has visto dolor desde el primo instante en que fuiste fundada; tus antiguos pobladores, los tiempos de la colonia, los pésimos gobiernos, la crisis que hoy trata nuevamente de derrumbar tus cimientos, esos que fueron creados con el sacrificio de sangre humana, con la entrega de tus amantes a morir llamados locos en sus tiempos. Hoy entrego a ti estos versos amada mía para que no te rindas, los lanzo al viento en espera de que tus sagrados oídos presten atención, ¡extiende tus alas y levántate de las sombras perversas que te corrompen!, permite que la luz entre en tu corazón y te ayude a encontrar paz cuando la ira ataque, felicidad cuando las penurias te azoten, fe cuando todo lo demás esté perdido. Grandísima república, recuerda que los lamentos y quejas no te ayudarán, no te harán más fuerte sino que más susceptible ante las negativas energías que hoy tratan de volcar el mundo, mejor sé comprensiva y solidaria, recupera tus tradiciones, todo aquello que te sirvió en tiempos de antaño a mantenerte de pie. Inmortal república, no vivas en irrealidades vanas que solo profanarán tu esencia, ¡abre los ojos! Sé capaz de ver la realidad global, los pueblo mueren de hambre, perecen por la guerra y discordia que dominan el planeta, en cambio tú mi señora, educa a tus clases sociales para el bien común; a los ricos, enséñalos a ser altruistas, a los medios, adiéstralos en cómo no desperdiciar, y a los pobres, a esos de grandes desdichas, edúcalos para que no se aprovechen de la buena voluntad de los demás. Oh gloriosa república, elévate del mal por siempre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)