Muchos creen que se incursiona en la política para buscar un
cargo o una candidatura. ¡Grave error! La política esta encausada en trabajar
por el pueblo y para el pueblo, es la
forma mas digna de lograr los objetivos de los ciudadanos y de administrar sus
riquezas.
El que desee hacer política tiene que deponer sus ambiciones
personales y trabajar por la colectividad, basado siempre en valores y apegado
a la ética. Este es el verdadero sentido de la política, no obstante personas
oportunistas la han tergiversado, y han producido que muchos odien la política y
la vean como lo peor que puede existir en el universo.
En Republica Dominicana desde el 1966 a la fecha, en 46 años
han gobernado nuestra nación apenas 5 personas. Eso nos da un promedio de 9.2
años para cada uno. Y lo peor de todo es que ningunos han hecho un gobierno
para la mayoría, tan solo han gobernado para una casta social elite, y entre
sus logros al pasar por la silla presidencial se puede contar enriquecer a un
grupo, endeudar el país, promover y profundizar con sus políticas sociales el
analfabetismo, el asistencialismo, la pobreza y el clientelismo. Como si todo esto
no les bastara se suma que han manejado
y han abusado del poder a su antojo.
Precisamente la clase política de nuestro país en las últimas
décadas ha dejado un legado funesto en los ciudadanos. Es increíble como en
nuestro país se ha hecho normal pensar solo en uno mismo, y no en la
colectividad, está reinando la ley de sálvese quien pueda. Se nos olvida que
vivimos en una comunidad, en una sociedad. Quizás por eso somos muchas veces
tan indolentes con los demás. Es muy grave que la orientación de este pueblo
sea esa.
Hay muchos que quieren cambiar, pero piensan que es
imposible, que no hay nada que hacer. Y eso es lo peor, la resignación.
Prefieren quedarse desde las gradas sentados en vez de luchar. Nuestro deber es
despertar en nuestros compatriotas ese fervor de amor patrio, ese sentido de
que nos duele nuestro país y que tenemos que vivir decentemente. Necesitamos
bienestar común.
Los gobernantes que hemos tenido en las últimas décadas han
propiciado intencionadamente que los ciudadanos no tengan la capacidad de
discernir entre lo bueno y lo malo, lo podemos ver en cuanto no se han preocupado
por tener un pueblo con alto nivel de educación. En cambio le han dado dádivas, creando
precisamente el parasitismo en unos, y la desesperanza y resignación en otros. De
esta manera tenemos muchos incautos que les siguen el juego a los negociantes
de la política. Solo una reducida parte de la población puede discernir entre lo
que esta bien y lo que esta mal, o no tiene la necesidad de ampararse en el
clientelismo que ha sido planeado y ejecutado a la perfección por las escorias
que pernoctan en la política dominicana.