Por: José Guillermo
Hay quienes consideran que los pobres solo comen en las navidades cuando se distribuyen las migajas que va dejando, como un lastre de muerte, el poder ensordecedor de funcionarios y políticos corruptos. En cada caja del gobierno, se alimenta la pobreza material y espiritual. La República Dominicana tiene más de cinco millones de pobres. Una gran iniquidad, pues hablamos de un país cuya economía crece todos los años igual o más que la de países desarrollados, según dice el Banco Central. El paternalismo no es sinónimo de humanidad, ni de crecimiento humano. Al contrario, es una falta de respeto a la condición humana. Distribuir un millón 300 mil cajas o fundas con alimentos para que la gente pueda comer uno o dos días, no disminuye los niveles de pobreza, los eleva. Lo que esa acción deja en el fondo, es una terrible y cruel des-humanización. (Gente amontonada, empujándose, maltratándose, hiriéndose, tratando de obtener una ración de alimento).
Los políticos envilecen la población, la sumergen en una carga ideológica de pobreza. Los pobres comerán dos veces este año de zafra. En navidades y en las elecciones cuando esos políticos le roban la esperanza comprándoles su voto para que los elijan de nuevo, como ocurrió el pasado 20 de mayo. Durante el proceso electoral el presidente Leonel Fernández, en un acto sin precedentes, salió, con el dinero del presupuesto nacional a comprar las elecciones. ¡Y las compró! Produjo un hoyo financiero que supera los 200 mil millones de pesos que ese mismo pueblo que vendió su voto y su conciencia, ahora tendrá que pagar con más pobreza, miseria y muerte. Es el juego del poder embrutecedor y enajenante que reparte cajas de muerte para que los pobres coman un día.