sábado, 17 de agosto de 2013

VULNERABILIDADES DEL ESTADO FRENTE AL CAPITAL


Por: Ramon Valdez

En este complejo escenario el verdadero problema es el de cómo enfrentar una burocracia privada que ha acaparado gran parte del poder de la sociedad, y que convierte a la burocracia pública en su apéndice.

El Estado ha desempeñado un notable papel, en la entrega al capital privado de la explotación de obras de infraestructura o empresas construidas bajo su mando donde el capital tuviera que realizar poca o ninguna inversión; se ha desarrollado la entrega al capital transnacional en alianza con el capital local, quedando el trabajo a expensas de la regulación privada, mientras, el Estado ha aumentado la carga de impuestos regresivos al consumo y disminuido los impuestos sobre las ganancias y los sectores de mayores ingresos.

La figura del Estado como eje articulador del orden y de los cambios sociales se ha hecho añicos, lo que queda es un Estado ya no patrimonialista sino predatorio. El Estado se ha clientilizado, se ha producido una especie de ruptura entre política-economía y sociedad, la cual genera a su vez una fractura social que un cada vez mayor numero de excluidos, un segmento de estos excluidos se vinculan de manera clientelar a las fracciones partidarias, los sectores dominantes financian y se vinculan a las diferentes fracciones partidarias, en torno a las prebendas que estas últimas otorgan, tras la captura del botín estatal. Lo que ahora importa es, pues, la preservación de la élite política como categoría absoluta, a cualquier precio, desprendida de cualquier compromiso orientado a las transformaciones sociales que permitan una vida digna a ciudadanas y ciudadanos.

El propio estado de derecho burgués liberal esta siendo poco a poco desmantelado, no solo ha sido puesto en cuestionamiento, sino severamente estremecido,  seriamente vulnerado, una cadena de eventos sintomáticos ponen en alerta:   el proceso de acomodamiento, violación e interpretación liberal de la constitución y las leyes en función de intereses privados, individuales, y muchas veces oscuros…con tal descaro que  ponen en entredicho la propia capacidad de los políticos y los partidos para gestionar el estado,  ya ni siquiera guardan las formas. El gobierno central, el congreso y el poder judicial son espacios para transacciones de carácter mercantil que son del dominio publico y de beneficio privado.

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